La ciencia explica por qué sentimos nostalgia
Sentir nostalgia es algo natural, y la ciencia tiene la respuesta, como para casi todo. Así que, si tienes 30 años y echas de menos tu vida cuando solo tenías 15, o si te pasa igual ahora que ya cuentas con medio siglo de edad y te encantaría poder volver a los 20, no tengas dudas, es algo perfectamente normal que no te debe preocupar demasiado, a no ser que se vuelva excesiva.
La Real Academia de la Lengua Española habla de nostalgia como una tristeza melancólica que está originada en el recuerdo de una pérdida. Este término proviene de la conjunción de los vocablos griegos nostos y algos. El primero quiere decir vuelta a casa o regreso, el segundo es dolor. De hecho, esta palabra la encontramos en la Odisea de Homero, cuando Ulises tiene que volver a Ítaca una vez acabada la guerra de Troya. El héroe, lógicamente, añora su hogar y su tierra tras una contienda que ha durado casi una década. De hecho, alcanza su objetivo tras mil y una aventuras.
Pero a nivel científico, el médico suizo Johannes Hofer tuvo una imagen bastante distinta de la nostalgia. Este hombre fue el primero que comenzó a estudiar este fenómeno allá por 1688. Para ello, estudió a los soldados helvéticos que volvían de las batallas diversas por Europa sintiendo tantos síntomas de pérdida psicológicos como físicos. Mostraban taquicardias, miedo, ataques de llanto e incluso insomnio.
Sin embargo, Hofer definía aquella afección neurológica como originada por el mismo demonio. Evidentemente, la mitología religiosa nada tiene que ver con esto, pues existen explicaciones más científicas y asequibles, como puede ser el efecto de la presión atmosférica, y no es broma.
La nostalgia explicada por la ciencia
Hasta el siglo XIX, la ciencia no entró de lleno en el estudio de la nostalgia, cuando se empezó a investigar en serio y llegaron las primeras teorías sobre el asunto.
Primero se consideró incluso una enfermedad cerebral, especialmente a comienzos del siglo XX, con las grandes migraciones. Se llamaba psicosis del inmigrante, debido a la tristeza y melancolía que afectaba a estas personas, que no podían dominar su afección.
En 1979, Fred Davis dio la primera explicación desde un punto de vista sociológico. El asunto se centraba en los anhelos de situaciones que antaño nos hicieron felices.
A día de hoy, las teorías de Davis siguen siendo muy bien aceptadas por la comunidad científica. De hecho, la propia definición que hemos visto propuesta por la RAE se basa en las investigaciones del sociólogo.
No obstante, no todo es negativo. Según algunos estudios, en su justa medida, promueve un estado de ánimo positivo y cierto bienestar.
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